AFP-EFE
SAN PABLO - BRASIL
Al menos cuatro presos fueron asesinados este domingo en una cárcel de Manaos, elevando a casi un centenar los muertos en esta semana sangrienta en las prisiones de Brasil, sacudidas por la guerra entre las grandes bandas del narcotráfico.
Esta última escalada de violencia la desencadenó, según las investigaciones, la guerra abierta entre el Primer Comando de la Capital (PCC), la mayor facción criminal del país, y el Comando Vermelho (CV) –apoyado por sus aliados locales de la Familia do Norte–, por el control nacional del narcotráfico.
Los expertos ven la raíz de la ruptura entre el poderoso PCC, surgido en presidios paulistas a inicios de la década de 1990, y el carioca CV en el asesinato del barón de la droga Jorge Rafaat Toumani en una emboscada en junio en Pedro Juan Caballero, Paraguay. Su muerte habría sido ordenada por el PCC, que no dividió el dominio de ese enclave estratégico.
“A partir de ese momento, la alianza se rompió. Y las consecuencias están apareciendo, que son las masacres en los presidios”, afirmó el fiscal Marcio Sérgio Christino al diario O Estado de São Paulo de este domingo.
Más de 25 bandas. En esta sangrienta batalla entre el profesionalizado PCC y el Comando Vermelho, controlador de los morros de Río, ha implicado a otras 25 bandas criminales de diferentes regiones, que se han alineado a uno de los bandos, según la investigación del mismo diario.
Una de las más potentes es la Familia do Norte, originaria del clave estado de Amazonas y sus fronteras con Perú, Colombia y Venezuela. Aliada del Comando Vermelho, esta facción realizó una exhibición de poder el pasado domingo con la primera matanza en Manaos.
La mayoría de las víctimas de la segunda peor masacre en un presidio brasileño eran miembros del PCC que fueron decapitados, desmembrados y con las vísceras arrancadas, según los videos que los propios atacantes hicieron circular por las redes sociales.
Esta ostentación de la violencia se repitió en los demás episodios de la semana, especialmente en Roraima, aunque las autoridades negaron que la matanza de Boa Vista fuera una respuesta del PCC a lo ocurrido días antes.
El nuevo enfrentamiento ocurrido en la madrugada de este domingo, en el que la mayoría de las víctimas fueron decapitadas, ocurrió en el presidio Desembargador Raimundo Vidal Pessoa por “motivo desconocido”, según un comunicado del Comité de gestión de crisis del estado de Amazonas.
El penal, situado en el centro de la ciudad y clausurado en octubre por sus malas condiciones, había sido reabierto de urgencia el lunes para acomodar a casi 300 reclusos procedentes de otros tres presidios de Manaos.