Por Rocío Cáceres
rcaceres@uhora.com.py
La Resurrección de Cristo, acontecimiento que se celebra con júbilo entre los cristianos, es además una fecha muy especial, porque trae esperanza y la visión de un nuevo comienzo.
Este hecho ha servido de fuente de inspiración a artistas por siglos. Paraguay no es la excepción, ya que varios creado- res optaron en algún momento de su carrera en representar el paso a la vida del Hijo de Dios, tras la muerte en la cruz por amor a los hombres.
Y que mejor escenario que los templos y santuarios, para dar a conocer esa representación, con los toques propios de la sensibilidad del artista. Ese es el caso de Hermann Guggiari (1924-2012) y Hugo Pistilli (1940-2006), ambos artistas locales del metal, cuyas obras inspiradas en la resurrección adornan iglesias de Asunción.
Las obras del primero ocupan el lugar principal del Santuario María Auxiliadora y la parroquia de la Santa Cruz, más conocida como Crucecita Milagrosa.
“El de la Crucecita de Sajonia fue creado en 1971 , se llama el Cristo de la Resurrección, y para crearlo Hermann se inspiró en la forma de los ventanales que tenía el interior de la capilla. Entonces él hizo un desprendimiento de la figura de Cristo, que sale de una masa, rompe la masa, con lo cual emerge su figura, como su mensaje de Resurrección”, rememora Sebastián Guggiari, hijo de Hermann.
Por otro lado, la obra del templo salesiano de María Auxiliadora se titula El Cristo ecológico. “Lo hizo en 1987. Se inspiró en un sueño que tuvo de ese Cristo que se desprende de la cruz, elevándose al cielo”, recuerda Sebastián, al tiempo de agregar: “De sus heridas brotan flores de mburucuyá, la pasionaria, que tiene justamente relación con la pasión de Cristo, lo que Él vivió durante todo ese proceso”, dice.
Hugo Pistilli, gran artista plástico, representó no solo la Resurrección, sino toda la Pasión de Cristo en los ventanales de la parroquia San Rafael, en Asunción.
“Él mencionaba esa iglesia como una de sus mayores obras; donde viajaba mencionaba a San Rafael”, recuerda Juan Pablo Pistilli, que sigue sus pasos.
“En las ventanas está la historia contada por papá según las cosas que le pedía el padre Aldo Trento, que trabajó muy de cerca con él”, señala.