A raíz de las denuncias y más de 30 testimonios, el fiscal Fabricio Sidoti dijo a radio Nihuil que los dos sacerdotes y los otros dos sospechosos están imputados por los delitos de “abuso sexual agravado por la guarda y la convivencia preexistente, con corrupción de menores”.
Los hechos involucran al Instituto Próvolo, dedicado a la enseñanza de niños con dificultades o incapacidad auditivas de 5 a 12 años. Está ubicado en Mendoza, a 1.000 km al oeste de Buenos Aires.
Según Sidoti, el testimonio de la madre, identificada solo como Cinthia, fue el siguiente: “Obligaban a mi hijo a tener sexo oral con otros alumnos. Los curas y los celadores miraban”. Las víctimas tienen entre 10 y 12 años. “Los chicos en su relato dicen que los llevaban a un lugar llamado la Casita de Dios, un lugar que hay en el instituto, donde los metían y los veían a través de las rendijas de la puerta”, dijo el fiscal. Los 4 detenidos son un sacerdote de 82 años y otro de 55, en tanto que un tercero era colaborador y también oficiaba de monaguillo. El cuarto hombre cumplía tareas de celador y jardinero. “Los niños obligados a ser testigos de los accesos carnales y sexo oral también fueron víctimas directas de los abusos”, afirmó el fiscal. El instituto prohibía a sus alumnos comunicarse por señas, en el lenguaje que es natural entre los hipoacúsicos. Debían realizar el esfuerzo de hablar, aunque no pudieran articular una palabra. AFP