Los vecinos de esta población norteña rechazan esta primer hipótesis, asegurando que se trata de “un disparate” y que solo quieren manchar la imagen del sacerdote, que apareció muerto en la iglesia a la que estaba adscrito, Nuestra Señora del Valle, de La Florida, enclavada unos 70 kilómetros al este de San Miguel, la capital provincial.
Por ello, se mantienen a la espera de los resultados oficiales de la autopsia que le practicaron y piden “investigar hasta las últimas consecuencias la verdad en este caso”, explicó a Efe el legislador en Buenos Aires del movimiento Bien Común Gustavo Vera.
Vera aseguró que, si las investigaciones por parte del Estado no avanzan, “el pueblo se va a movilizar y va a descubrir la verdad. Necesitan hacer justicia”.
“Estamos asustados. No sabemos qué hacer ya”, reconoció a Efe Juan Rivadeneira, uno de los vecinos.
Para Alicia Montoya, miembro de una cooperativa de la capital argentina, también presente en la marcha, “todo el que enfrenta la droga corre este riesgo”, una lucha que es de lo “más importante” que existe en el país.
Vera hizo hincapié en que el sacerdote “era una persona muy comprometida contra el narcotráfico” y que “el día anterior no indicaba nada que tuviera una voluntad suicida” a ninguna de sus amistades.
“Y después aparece ahorcado en el centro parroquial con el poco dinero que tenía y con un Cristo roto”, apuntó Vera.
Para el legislador, este es un claro mensaje de los narcotraficantes, que quieren decir que “si siguen metiéndose con el tema del narcotráfico, a todos les puede pasar lo del padre Juan”.
Las cerca de 2.000 personas, según Vera, que salieron hoy a las calles corearon frases como “el padre no se suicidó” y “justicia”.
El arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca, reconoció esta mañana, momentos antes de oficiar una misa para despedir al sacerdote, que Viroche, de 45 años, le había solicitado un cambio de ubicación tras haber recibido numerosas amenazas que le habían hecho sentir, según relató, “angustiado, deprimido y con miedo”.
Ayer, centenares de vecinos de las localidades aledañas marcharon también para pedir que el esclarecimiento de las causas de la muerte de Viroche.
Tras su muerte, la Comisión Nacional de la Pastoral de Adicciones y Drogodependencia difundió un comunicado en el que aseguraba que el sacerdote había manifestado en numerosas ocasiones “un profundo dolor ante las amenazas que recibió por parte de las mafias narcotraficantes”.
“El padre Juan era conocido por jugarse en contra del narcotráfico, habló claro hacia adentro y hacia afuera de su comunidad defendiendo la vida en peligro”, destacó la Comisión en la nota.