Catar, un pequeño emirato rico en hidrocarburos, rechazó la decisión injustificada y sin fundamento, y denunció que su objetivo es poner al Estado (de Catar) bajo tutela y asfixiarlo económicamente.
Esta crisis se produce 2 semanas después de una visita a Riad del presidente estadounidense Donald Trump, en la que exhortó a árabes y musulmanes a movilizarse contra el extremismo. Además de romper sus relaciones diplomáticas con Catar, Arabia Saudí, Baréin y Emiratos –a los que se sumó Egipto– tomaron medidas como el cierre de los espacios aéreos y de los accesos terrestres y marítimos. También les prohibieron viajar a Catar a sus ciudadanos y vetaron la entrada de cataríes a sus territorios. Como consecuencia de ello, Egipto y 6 aerolíneas del golfo Pérsico suspendieron sus vuelos hacia Doha, y la compañía Qatar Airways se verá obligada a alargar sus numerosas rutas hacia Europa y América debido al cierre del espacio aéreo saudí. Pocos ciudadanos de Catar viven y trabajan en países vecinos, pero el cierre del único acceso terrestre al emirato, a través de Arabia Saudí, afectará a las importaciones de bienes de consumo, entre ellos los productos alimentarios. afp