Para el allanamiento que terminó con el asesinato de Vivian Paredes (3), ordenado por el juez Gustavo Amarilla y encabezado por el fiscal Carlos Alcaraz, los agentes especiales de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) llevaron 14 armas de fuego para nueve personas. Uno solo portaba cuatro armas.
El 18 de junio del 2016 la comitiva antidrogas ingresó al establecimiento Granja Manuelita y empezó una persecución contra una camioneta Nissan Frontier blanca en la que iban Ulrico Zanotti, Alessandro Zanotti, Ana Franco y la pequeña Vivi. Sin que estuviese en peligro la integridad de los agentes especiales, ellos empezaron a rociar de balas el vehículo, hirieron a Alessandro y a la niña, quien falleció dos días después en un centro asistencial.
Ese día los agentes fueron preparados como si fuese un operativo de la Fuerza de Tarea Conjunta en el Norte, sobre todo el polémico ex director de Operaciones de la Senad, Luis Ángel Servián Rotela (42), quien fue reincorporado por el ex ministro Luis Rojas a pesar de haber sido expulsado por estar involucrado en un hecho de plagio.
Ese día Servián portaba cuatro armas de fuego, como si se tratase de una película, llevando dos pistolas Glock calibre 9 mm, un subfusil CZ Scorpion y un fusil Beretta. Ejemplo claro del perfil y accionar de un funcionario civil que operaba policialmente, esto bajo la calificación de agente especial.
¿QUÉ ARMAS TENÍAN? Esa tarde hubo dos camionetas con ocho agentes especiales a bordo portando distintas cantidades de armas. En una camioneta de la Senad iba Cristhian Morán, quien tenía una pistola Glock calibre 9 mm y un subfusil CZ Scorpion, y utilizó la segunda arma para efectuar disparos. Además iban Nicolás Cáceres y José López, quienes tenían también una pistola Glock cada uno. Todos salieron medio cuerpo por las ventanillas para disparar. El vehículo iba al mando de José Sánchez, quien contaba en su poder con una pistola Glock y un fusil Bushmaster XM15.
La segunda camioneta estaba al mando de Emilio Vall, quien tenía una Glock y un fusil Colt, pero este no realizó disparos. Además lo acompañaban Ignacio Sosa y Miguel Chaparro, también con una Glock cada uno, pero Chaparro no disparó, por lo que fue sobreseído. La otra persona que iba en la segunda camioneta y que estaba como copiloto era el ex director de Operaciones Servián.
Es decir, los ocho agentes de la Senad en las dos camionetas que siguieron a los Zanotti tenían en total 14 armas de fuego. Nueve pistolas, tres fusiles y dos subfusiles.
ACUSADOS. Como la balacera terminó en la muerte de una niña y Alessandro fue herido, siete agentes son acusados por homicidio doloso en grado de tentativa y podrían recibir una condena de hasta 20 años.