Biden llegará a Ankara el miércoles por la mañana, procedente de Letonia, y partirá por la noche del mismo día hacia Estocolmo.
Durante su estancia en la capital turca, el político mantendrá entrevistas con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro, Binali Yildirim, y el presidente del Parlamento, Ismail Kahraman, según ha avanzado la Casa Blanca en un comunicado.
En la nota, Washington no ha especificado los puntos a tratar en las reuniones.
No obstante, las autoridades turcas han anunciado varias veces que aprovecharán la visita de Biden para insistir en su demanda de extradición del predicador turco Gülen, que reside en Pensilvania desde 1999 y a quien Ankara acusa de haber instigado el fallido golpe militar del pasado 15 de julio.
El gobierno turco envió a Washington varias remesas de documentos para pedir la extradición de Gülen, fundador de una cofradía que hasta 2013 era aliada del Gobierno turco pero que ahora éste describe como “Organización Terrorista Fethullah Gülen (FETÖ)”.
Portavoces estadounidenses, sin embargo, han indicado que aún se estudia si el material realmente constituye una demanda formal de extradición, y tanto Erdogan como Yildirim han criticado a EE.UU. por pedir “pruebas contundentes” en un caso que consideran obvio.
Desde el lunes se halla en Ankara una delegación estadounidense de expertos que se reúne con los titulares de Exteriores y Justicia para analizar el proceso, informa la cadena CNNTürk.
Además, en la agenda de la reunión con Biden estará la volátil situación en Siria, donde las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), encabezadas por las milicias kurdas del YPG y respaldadas por Washington, han arrebatado al Estado Islámico (Dáesh) la ciudad de Manbech y avanzan hacia Yarábulus, el último feudo de los yihadistas en la frontera sirioturca.
Tras la conquista de Manbech, el Gobierno turco aseguró que está conminando a Washington para que impulse la pronta retirada de las fuerzas kurdas hasta el río Éufrates, que considera una “línea roja”.
Ankara ha anunciado reiteradamente que no tolerará en ningún caso que milicias kurdas expulsen a los yihadistas de la zona situada a lo largo de la frontera turca al oeste del Éufrates, porque considera al YPG “igual de terrorista” que el Dáesh, postura no compartida por Washington.
