Diferencias políticas, geográficas y económicas impiden que el continente acuda con una posición común a la conferencia internacional sobre el cambio climático (COP21), que arranca el lunes en París.
Allí, 195 estados más la Unión Europea tratarán de acordar un compromiso que limite el aumento del calentamiento global a 2ºC respecto a los niveles de la era preindustrial. También discutirán el financiamiento a los países pobres en la lucha contra el cambio climático e intentarán establecer metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
A la cita, llegan unidos 7 países que forman la Alianza Independiente de América Latina y el Caribe (Ailac).
Este grupo, al que pertenecen Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Panamá, Paraguay y Perú, se compromete a reducir entre 20% y 45% sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y pone el foco en la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos.
México, con una postura afín a la Ailac aunque sin pertenecer a ella, fue el primer país en vías de desarrollo en presentar sus objetivos, cuando se comprometió a reducir en 22% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. Además, México hará presión a favor de que “se empiece a tomar compromisos de adaptación”, dijo Rafael Pacchiano, ministro de Medio Ambiente.
Brasil prometió deforestación cero y reducción de emisión de gases en 43% para 2030. Este país, el que mayor porción de selva amazónica posee, deforestó 4.800 km cuadrados en 2014. “Brasil ha asumido muchos compromisos ejemplares y ambiciosos y eso le da credibilidad como socio histórico en las negociaciones sobre clima, desde la Cumbre de la Tierra de 1992 en Río”, dijo el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius. afp