Un grupo de estudiantes estaba vestido con uniforme militar y con armas de juguete, haciendo alegoría a la Batalla de Acosta Ñu, según explicaron los docentes.
Otros alumnos usaban vestidos folclóricos en homenaje al Día del Folclore.
El presidente de la República saludó a este último grupo y posó con ellos para una foto. Una situación anecdótica que generó nerviosismo entre los efectivos militares y policiales fue que justo minutos antes de la llegada de Cartes, un colectivo interno de Capiatá se descompuso a cinco metros de donde el presidente debía estirar la cinta de inauguración. Los efectivos de la policía de tránsito más algunos pobladores tuvieron que sacar el vehículo empujando hasta una cuadra del lugar. En cada una de las actividades oficiales, los guardias militares cada vez más evitan que los periodistas tengan contacto con el mandatario para eludir preguntas. Reciben órdenes de empujar a los trabajadores de prensa que hacen las consultas.