Los trastornos del colesterol se pueden dar en un contexto asociado a un metabolismo anormal del cuerpo o un consumo exagerado de alimentos que contengan grasa de origen animal, o una combinación de ambas cosas. Por lo tanto, no es exclusividad de las personas que padezcan patologías como obesidad, diabetes o hipertensión.
“El colesterol no es exclusivo de la obesidad, incluso las personas delgadas pueden padecerlo. Más en la actualidad, debido al alto consumo de comidas rápidas no saludables, el sedentarismo y la tecnología que nos facilita todo”, explica la doctora Fulvia Aguilar, del Programa de Control de Diabetes del Ministerio de Salud Pública (MSP).
José Darío Ramírez, director médico del Hospital Barrio Obrero, refirió que cualquier persona puede sufrir este tipo de trastorno independientemente del peso que tenga.
“El sedentarismo es un factor importante de riesgo, porque el desarrollo de actividad física es lo que permite la actividad muscular; así se eliminan estas sustancias más de lo que se usarían en reposo”, agrega.
Se habla de fracciones de colesterol y existen el bueno y el malo. “Se dice bueno cuando se refiere al grupo de proteínas transportadoras que se encargan de eliminar el colesterol fuera del cuerpo a través de la materia fecal. El malo es el que lleva ese colesterol hacia las células del cuerpo para su depósito en los lugares donde normalmente se necesita y los excesos son los que quedan y no son eliminados”, explica el profesional.
El bueno, conocido como HDL (lipoproteína de alta densidad), transporta el colesterol para ser eliminado fuera del cuerpo. El malo, o LDL (lipoproteína de baja densidad), es la sigla de la proteína que transporta el colesterol para que se deposite en los tejidos.
CONSECUENCIAS. Hay cifras normales para los tipos de colesterol (ver infografía); cuando están por encima de los niveles se tiene que suponer que ese exceso de colesterol se empezará a depositar en los lugares anormales, lo que producirá un proceso inflamatorio crónico que poco a poco ocasionará la esclerosis de la arteria. Es decir, el depósito de sustancias que no son normales y producen la rigidez de las arterias, lo que en un momento dado puede reventar y producir trastornos en órganos vitales como el corazón, hígado, riñón, cerebro, además de falla renal, derrames y problemas cardiovasculares.
TRATAMIENTO. Con una dieta saludable, la actividad física y la medicación, si es que corresponde, se inicia el tratamiento del paciente.
Cuando existe un trastorno metabólico, hablar de cura es relativo, indica el doctor Ramírez. Advierte que si el paciente rompe la rutina de los cuidados en el consumo de grasa animal y el sedentarismo, los niveles de colesterol nuevamente pueden desbordarse y generar cambios en el organismo.