Grecia, que dice que no necesita un nuevo programa de ayuda, evitó ayer una nueva crisis al recaudar más de 1.000 millones de euros en deuda a corto plazo, pero su financiamiento a largo plazo parece cada vez más incierto. El país se aseguró una extensión de cuatro meses a su programa de rescate, hasta fines de junio, pero sigue fuera de los mercados de deuda y el nuevo Gobierno de izquierda ha hecho enojar a sus socios de la zona euro con su retórica contra el rescate.
El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, aseguró ante el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, y su homólogo luso, Pedro Passos Coelho, que no vio que España y Portugal tengan un plan diabólico contra el primer ministro griego, Alexis Tsipras. Rajoy, Passos Coelho y Juncker se referieron a las acusaciones lanzadas el pasado fin de semana por Tsipras contra España y Portugal ante la prensa en Madrid. REUTERS-EFE