BERLÍN - ALEMANIA
Alemania quedó en estado de alerta tras un atentado que dejó 12 muertos y medio centenar de heridos en un mercadillo navideño de Berlín y que fue reivindicado por el Estado Islámico, mientras se busca al autor del ataque, huido y tal vez armado, tras quedar en libertad el único detenido.
Que el país podía ser el siguiente objetivo del terrorismo, tras los golpes del yihadismo en otros países europeos, era algo que se daba por inevitable y que se plasmó en el corazón de su capital.
El ataque se produjo con un camión de alto tonelaje, como ocurrió en el atentado de Niza (Francia) el pasado julio en el que murieron 86 personas, lo que unido a las primeras sospechas en torno a la posible implicación de un refugiado paquistaní reforzó, de entrada, la pista yihadista.
La agencia de noticias Amaq, afiliada a los yihadistas, aseguró en un comunicado que el autor del ataque era un “soldado” del grupo terrorista Estado Islámico (EI).
La operación, añadió, respondió a “los llamamientos a atacar a los ciudadanos de los países (que integran) la coalición internacional” que actúa contra el EI en Siria y en Irak.
La reivindicación llegó después de que la fiscalía alemana liberara al único sospechoso del caso, un demandante de asilo paquistaní, ante la falta de elementos incriminatorios.
El ministro del Interior del estado alemán de Saarland dijo el martes que Alemania se encuentra en un estado de guerra.
“Debemos decir que estamos en un estado de guerra, aunque algunas personas que siempre quieren ver lo bueno no quieren ver esto”, declaró el ministro Klaus Bouillon a la emisora alemana SR.
El camión tenía matrícula de Polonia y en su interior encontraron a una persona muerta. El Gobierno alemán considera un “atentado terrorista”, similar al cometido en Niza, Francia, el 14 de julio pasado.