Este escándalo también pone indirectamente en cuestión al hermano del ex papa Benedicto XVI y al cardenal Gerhard Ludwig Müller, el jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que acaba de ser apartado por el papa Francisco. Estos dos dignatarios religiosos son criticados por no haber hecho lo suficiente para arrojar luz sobre este drama.
De esos 547 niños y jóvenes adolescentes del coro Regensburger Domspatzen (los gorriones de la catedral de Ratisbona), unos 500 sufrieron maltrato físico y 67 fueron víctimas de agresiones sexuales, incluyendo violaciones, indicó Ulrich Weber, el abogado al que la Iglesia encargó arrojar luz sobre el caso.
El número total de víctimas podría ser mucho mayor, e incluso superar los 700 casos, consideró Weber en la presentación en Ratisbona (sur), del informe final sobre este escándalo que estalló en 2010. En enero de 2016, solo evocaba 231 víctimas en su informe intermedio
Los hechos se refieren a delitos y crímenes que van desde la privación de alimentación hasta la violación, pasando por golpes y agresiones sexuales. Algunas víctimas dijeron que habían sido violadas. AFP-EFE