El secretario de Inteligencia argentino, Óscar Parrilli, explicó que Stiuso ha sido citado el día 6 para que aclare “conductas dilatorias, irregulares”.
Parrilli, uno de los hombres más próximos a la presidenta argentina, Cristina Fernández, pedirá a Stiuso explicaciones sobre su proceder acerca del análisis de llamadas telefónicas internacionales supuestamente llevado a cabo por el área de Inteligencia a su cargo, según se desprende de mensajes intercambiados con Nisman.
En base a ese análisis de llamadas, Alberto Nissman había acusado a la presidente Cristina Fernández y al canciller Héctor Timeran de querer dar impunidad a los responsables iraníes del atentado.
Durante una comparecencia de prensa, Parrilli detalló que de las comunicaciones entre Stiuso y Nisman se desprende que la Fiscalía había remitido a Inteligencia entre 24 y 30 cedés con archivos facilitados por las compañías telefónicas relativos al periodo 1991-1996 para realizar entrecruzamientos y avanzar en la investigación del atentado que dejó 85 muertos en 1994.
Entre el 2005 y el 2013, Nisman había requerido en numerosas ocasiones a Stiuso detalles sobre sus avances en la investigación y un plazo estimativo para finalizar el análisis.
A lo largo de esos años, Stiuso nunca presentó resultados y justificó la demora en presentar conclusiones por “dificultades técnicas”.
La Secretaría de Inteligencia indagó acerca de esta supuesta línea de investigación pero no encontró registros de los procedimientos ni los archivos originales de las llamadas telefónicas.
Asimismo, otras áreas de la Secretaría han notificado que desconocían esta operación, según informó Parrilli.
El funcionario recalcó que el ex director de informaciones “no manifestó que tuviera ninguna investigación pendiente” cuando recientemente pidió la jubilación.
El Gobierno argentino ha apuntado a Stiuso como parte de una operación de desestabilización alrededor de la muerte del fiscal Alberto Nisman.
Stiuso, quien colaboraba con Nisman en la investigación del caso AMIA hasta que fue cesado en su cargo, en diciembre pasado, fue además denunciado por el Gobierno por presunto contrabando.
Nisman fue hallado con un disparo en la cabeza en su apartamento el 18 de enero y las circunstancias de su muerte aún no han sido esclarecidas.