¿Fin del conflicto? Todavía, no. Ayer, contra todo pronóstico, el propio Cabrera solicitó al plenario del CSU que intervenga la facultad a su cargo. La decisión igual tomó por asalto a todos, menos a los decanos que se reunieron con él, en un recinto contiguo a la sala de sesiones. Al parecer, ahí, le convencieron y se pusieron de acuerdo en que la problemática en Fiuna no debía traspasar los límites de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Ocurre que el Poder Ejecutivo, al retumbe de las campanadas del conflicto, asumió una postura a favor de que el Consejo Nacional de Educación Superior (Cones) tome cartas en el asunto.
El ministro Enrique Riera, titular del Ministerio de Educación (MEC), reveló que el mismo presidente Horacio Cartes le encomendó hallar una salida a la crisis, en virtud a los más de tres meses de paralización del 80% de las actividades académicas en esa casa de estudios.
Unánime. De un tirón, los 43 miembros del Consejo aprobaron por unanimidad el sorpresivo pedido. Casi ni hizo falta debatir demasiado. Tras poco más de media hora de sesión, los presentes aplaudieron la decisión del polémico decano, que les evitó el trance de tener que votar, por enésima vez, y ver si alcanzaban esos dos tercios necesarios para disponer la intervención.
Lo paradójico es que Cabrera había intimado –por nota un día antes de la reunión– al rector, Abel Bernal, para que desconvoque la sesión extraordinaria. ¿Qué le hizo cambiar de postura? Dijo que el rector le garantizó que quien iba a designar como interventor será una persona “imparcial” y “ajena” a la Facultad de Ingeniería y a los intereses de ambas partes en disputa.
Tuvieron que pasar 111 días de paro estudiantil en esa casa de estudios para que se pongan de acuerdo las propias autoridades de la UNA, en relación al tema Fiuna. En tres ocasiones se intentó vanamente lograr un consenso o reunir los 34 votos requeridos para la intervención.
Cautela. Los estudiantes en paro, en tanto, toman con cierta reserva la decisión tomada por el CSU. Pasa que ante tanta dilación a la resolución de la crisis, les empu- jó a dudar de las intenciones de los representantes de ese colegiado. Incluso, empezaron a pensar que –quizás– lo mejor sea una intervención del Cones, tanto a la facultad como a toda la UNA.
Ahora solo resta saber quién será el interventor. De eso dependerá que la medida de fuerza se levante, según Raúl Benítez, secretario general del Centro de Estudiantes de Ingeniería (CEI). Anunció que convocarán a una asamblea estudiantil con el fin de analizar el paso a seguir y valorar el perfil del interventor que, para esa altura, ya será designado. La reunión será el miércoles.
Ecuánime. Bernal prometió que este viernes revelará el nombre de la persona que designará para intervenir la convulsionada facultad. Tiene, al menos, tres candidatos. Algunos de ellos asumieron, el año pasado, la intervención de dos unidades académicas: César Duarte, en Ciencias Médicas, y Ricardo Garay, en Filosofía. Lo importante –dijo– es el perfil del interventor que debe ser “ecuánime” y él se encargará de elegir alguien capaz y que, a su vez, no posea vínculos con alguna de las partes enfrentadas.