28 mar. 2024

Actuaria denuncia amenaza de abogado de Bruno Amaral

La actuaria judicial de Salto del Guairá Dolly de los Santos Duarte denunció ayer a la tarde en la Fiscalía de esta ciudad al abogado Jaime Gómez por coacción y amenaza. El mismo es defensor de Bruno Da Costa Amaral, procesado por el hallazgo de 30 toneladas de billetes de 100 y 50 bolívares venezolanos en su domicilio de Salto del Guairá.

Vista gorda.  El pasado 20 de febrero la orden judicial de traslado llegó a la policía.

Vista gorda. El pasado 20 de febrero la orden judicial de traslado llegó a la policía.

La amenaza del abogado, según la denuncia de la actuaria del Juzgado a cargo del juez Mario Brítez, provino a raíz de que ayer su defendido tuvo que ser trasladado a regañadientes hasta la Penitenciaría Regional de Coronel Oviedo, desde la Dirección de Policía de Salto del Guairá, hecho que sobrevino cuando el corresponsal de este diario comenzó a indagar por qué motivo el detenido permanecía en la dependencia policial, ignorando la orden del juez Brítez –presentada en la Jefatura el pasado 20 de febrero–, de su “inmediato traslado” al penal ovetense.

COACCIÓN. “¿Qué fue lo que hiciste? Le estás perjudicando a tu hermana” (refiriéndose a la jueza Edy Duarte), dijo la voz masculina en el teléfono, que la actuaria reconoció como la del abogado Gómez, consta en la denuncia. “El mismo (Jaime Gómez) comenzó a amenazarle diciéndole que le va a hundir a su hermana y a su jefe el juez Mario Brítez, y a todos los que se metan con su cliente”, reseña el acta de denuncia.

La actuaria le retrucó reclamándole qué clase de abogado es, que ella es solo actuaria, pero el leguleyo siguió con las amenazas, “incluso la amenazó diciéndole que se recuerde que tiene hijo y que va a fundir a su familia”, agrega el acta en cuestión.

INQUILINO. Da Costa Amaral fue trasladado de la penitenciaría a Salto del Guairá en diciembre pasado, para realizarse estudios médicos y desde esa vez quedó como un inquilino de la Jefatura, donde accedía a todas las comodidades como un balcón con vista a la ciudad, teléfono celular para chatear, etc., –según denuncias que llegaron a este medio– hasta ayer, cuando fue presurosamente devuelto a la penitenciaría. (E.C.)