Óscar Ribone, director de Relaciones Interinstitucionales de la firma, indicó que están en proceso de calibración de la planta y primeras producciones a modo de prueba hasta que esté en óptimas condiciones. Adelantó que en unos 30 días llegarán al punto de equilibrio donde la planta ya no trabajará a pérdida y el compromiso es invertir en 18 meses USD 20 millones, para poner a la empresa en condiciones óptimas.
La siderúrgica nacional fue intervenida por el Estado en noviembre del año pasado ante las irregularidades ocurridas desde que fue vendida hace 17 años al Consorcio Siderúrgico Paraguayo (Cosipar). El mismo está integrado en un 66,66% por Cerro Lorito SA y en un 33,33% por Cootrapar, una cooperativa de trabajadores de la empresa.
Ya en abril de este año el administrador judicial, Luis Vinader, la alquiló a la firma brasileña por 10 años.
Vinader justificó esta decisión diciendo que la falta de actividad en la acerería generaba una pérdida al mes de USD 1 millón y medio, según lo que arrojó el análisis del último año.
Además, la planta solo estaba produciendo al 30% de su capacidad y tenía mermas de materia prima del orden del 50%, según dijo.
“Convenía más tenerla parada que hacerla trabajar en esas condiciones; además, para que la empresa sea sustentable debía invertir USD 10 millones como mínimo y USD 20 millones en total”, señaló.
Consultado respecto a por qué no se optó por los interesados locales en explotarla, señaló que no cumplieron con los requerimientos y en el caso de Cosipar no quisieron invertir para evitar que vaya a la quiebra.
El interventor indicó que sigue la auditoría para determinar por qué la planta, desde su privatización, quedó prácticamente fundida.
La compra por parte de Cosipar al Estado se acordó en 1997 a través del pago de USD 35 millones, pero nunca se completó el monto.
La accionaria mayoritaria, Cerro Lorito SA, integrada inicialmente por el Arq. Juan Carlos Canese y el Ing. Guillermo Stanley, fue vendida al empresario ítalo-argentino Sergio Tasselli, a quien acusan los trabajadores del vaciamiento.
Desde sus inicios la siderúrgica solo conoció de falta de inversión y malas administraciones que la llevaron al borde de la quiebra y actualmente se encuentra con un pasivo millonario de deudas, gran parte de la misma a firmas vinculadas a Tasselli.