El juicio por el peor atentado en suelo estadounidense desde los ataques del 11 de setiembre de 2001, que dejó 3 muertos y 260 heridos en la línea de meta de la maratón de Boston en abril de 2013, comenzó en Massachusetts con los argumentos iniciales de la acusación, la defensa y varios testigos. El fiscal federal Willam Weinreb se encargó de afirmar que el joven acusado, presente en la sala, tenía las ganas de matar dentro de su corazón.
En el turno de la defensa, una de las abogadas de Tsarnaev, Judy Clarke, no dudó en reconocer la responsabilidad de su cliente en el suceso, a pesar de que el propio acusado se declaró “no culpable” en julio de los 30 cargos que se le imputan. “Fue él”, sentenció Clarke, y añadió que su cliente “debe rendir cuentas por cometer un ataque incomprensible e inexcusable”.
Por otro lado, el departamento de Justicia anunció ayer que no inculpará al policía, Darren Wilson, que en agosto mató a un joven negro desarmado en Ferguson, Misouri, un drama que provocó semanas de manifestaciones y motines. EFE-AFP