Édgar Medina
CIUDAD DEL ESTE
Cleverson Luiz Piris, de 25 años, fue condenado a 40 años de prisión por homicidio doloso, coacción sexual y robo agravado, tras un juicio oral y público desarrollado durante varios días.
El joven fue hallado culpable del asesinato de Wali Adiers Jaster, de 46 años; Andresa Jaster Adiers, de 20 años; y Francieli Jaster Adiers, de 23 años, quienes fueron ultimadas con 23, 16 y 13 puñaladas, respectivamente, en la colonia San Alfredo del distrito de Naranjal, en el 2015.
En su declaración, el ahora condenado dio a entender que él no fue el autor del homicidio, pero dijo que daba oportunidad a la familia para que cuenten la verdad. “La niña dijo Flavio o Flaviano y yo no me llamo así. Ellos tienen mucha plata y yo no tengo nada. En la cárcel me torturaron siete horas y no podía decir nada, porque me presentaron como el autor. Nunca declaré ante la Fiscalía”, afirmó el ahora condenado.
Una niña de 5 años presenció el asesinato y la violación de una de las víctimas y fue hallada en estado de shock en un mueble de la vivienda, por las autoridades policiales el día del crimen. Pires fue capturado varios días después en Caazapá, donde se escondió y se vestía de mujer para evadir a las autoridades policiales que querían capturarlo, según los antecedentes.
La declaración de la niña ante sicólogos del Ministerio Público, prueba de ADN con relación a la violación, restos de sangre hallados en las ropas y una pericia sicológica realizada durante el juicio fueron las pruebas que incriminaron a Pires como autor del triple homicidio, según el Tribunal de Sentencia.
La fiscala María del Carmen Meza pidió la pena máxima, que es de 30 años, por homicidio, y más 10 años de medidas de seguridad, petición que fue otorgada por las magistradas Mónica Rivas, Zunilda Martínez Noguera y Haydée Barboza, con disidencia de esta última, quien votó por 8 años con relación a la medida de seguridad.
ODIO A UN FAMILIAR. Para el Tribunal, el ahora condenado demostró durante el juicio el sentimiento de odio, rabia, rencor contra el marido de una de las víctimas, por lo cual actuó con saña contra las tres mujeres, que él sabía que tenían afecto especial hacia su persona, porque lo conocían desde la niñez.
La jueza Mónica Rivas, presidenta del Tribunal, afirmó que para ellas el joven utilizó el máximo de su capacidad intelectual para planificar y ejecutar el crimen. La sagacidad del acusado se ha demostrado desde el primer acto de este crimen, adujo la magistrada. Agregó que el joven no ha demostrado mínimamente arrepentimiento.