adrian-caceres@uhora.com.py
Es considerado el escritor más importante del país, y su genialidad es avalada por el máximo galardón para las letras hispanas, el Premio Cervantes. Es Augusto Roa Bastos, cuyo nombre sigue retumbando en la literatura, cuando se cumplen hoy diez años de su desaparición física.
Hace una década que el autor de Yo el Supremo dejaba este mundo. Empezaba su leyenda. “Roa Bastos, a unos cuantos años de su fallecimiento, porque diez años no son muchos, se convierte probablemente en la referencia más útil de la literatura paraguaya”, subraya el poeta Jacobo Rauskin.
Explica que prefiere utilizar el término útil para hablar de Roa, porque lo que él hizo, “lo hizo como un maestro, dejando la posibilidad de que el discípulo continuara su senda”. “La utilidad de los maestros, frente a la utilidad de los buenos o grandes escritores que no son realmente maestros, es que aquellos abren caminos para otros, y los demás no lo hacen”, señala Rauskin.
Añade que leer a Roa brinda la posibilidad de conocer la historia del país y tener idea de la narrativa local. “Es uno de los pilares de la literatura paraguaya. No sé si hay novelistas comparables con Augusto Roa Bastos. Que me disculpen mis amigos y compañeros”, apunta el poeta.
Biografía. Augusto Roa Bastos nació el 13 de junio de 1917 en Asunción. Vivió su infancia en Iturbe, donde se impregnó de esas imágenes que luego inspirarían su obra. Su actividad literaria arrancó temprano y también se dedicó al periodismo. Abordó todos los géneros: la crónica, el ensayo, el cuento, la novela, los guiones cinematográficos, entre otros.
Desde muy joven se unió a grupos de escritores como Josefina Plá, Herib Campos Cervera, Julio Correa, Elvio Romero, Ezequiel González Alsina, y muchos más.
Por su compromiso social, se ganó la enemistad del Gobierno, y partió exiliado a Buenos Aires, donde residió 30 años. También fue desterrado por la dictadura argentina, y se radicó en Francia. Sus mayores obras son Hijo de hombre, y Yo el Supremo. Por su trayectoria fue galardonado con el Premio Cervantes 1989, máximo galardón de la letra hispana. Es autor de otros libros como El trueno entre las hojas; El baldío; Vigilia del Almirante; y Madama Sui, por citar algunos.
Roa Bastos regresó a Paraguay en 1996, para quedarse definitivamente y estar cerca de los jóvenes, a quienes apoyó de todas las formas posibles, hasta su fallecimiento en Asunción, el 26 de abril de 2005.
Mirta Roa, hija del escritor, destaca que en la última década se siguieron editando nuevos libros de Roa, además de referencias sobre su obra y trabajos de investigación. “Parece mentira, porque a pesar de los diez años no hemos dejado de tenerlo presente. Descubrimos mucha literatura de Roa que no estaba publicada”, comenta Mirta.