23 abr. 2024

44 años del triunfo milagroso que reafirmó el mote del Ciclón

Un día como hoy, pero hace 44 años, Cerro Porteño inmortalizó para siempre su mote del Ciclón al remontar en contados cinco minutos dos goles del Botafogo de Brasil y quedarse con una victoria que resuena hasta nuestros días.

El 26 de abril de 1973, Cerro Porteño reverdeció su mote de Ciclón, aquel conseguido a fuerza de rebeldía y goles en aquella histórica definición de 1918 en un tercer encuentro con su vecino Nacional. La gesta en el campo internacional se produjo 55 años después frente a un rival de envergadura como lo fue el Botafogo liderado por el famoso Jairzinho.
Los goles de Dirceu y Zequinha, más el escaso tiempo, iban dejando las gradas semivacías. El conjunto visitante imponía así sus condiciones con un contundente 2-0 y estaba a cinco minutos de sembrar la desazón en el campo de batalla, pero Cerro Porteño mostró una rebelión inaudita y revirtió completamente la historia, que hoy se lee en los libros de las grandes hazañas.
Una jugada colectiva rematada por Juvencio Osorio renovó la esperanza del elenco azulgrana al linde de los cuarenta minutos. Luego en un pestañeo llegó el empate. Inmediatamente del tanto de honor, Ortiz Aquino despidió un cañonazo desde el círculo grande para emparejar el duelo ante el aturdimiento de los jugadores del Botafogo y la algarabía infinita de los locales.
La felicidad agigantó sus dimensiones cuando en el último giro del reloj Adalberto Escobar salió gritando desaforadamente la tercera anotación, la definitiva del encuentro. Nadie sabía exactamente lo que pasaba. La jugada era confusa, según detalla las crónicas de la época, pero del entrevero salió festejando aquel jugador para llevar a su punto más elevado la emoción colectiva.
Fueron 85 minutos de sufrimiento y cinco de felicidad intensa. Las gradas volvieron a llenarse mientras retumba el eco multitudinario de “El Ciclón” “El Ciclón” “El Ciclón”.
Como en 1918, cuando Cerro Porteño anotó contra todos los pronósticos esos cuatro goles en los últimos cinco minutos en la finalísima contra la Academia, el club azulgrana hacía no solo reverdecer sino inmortalizar su mote para siempre, y que hace 44 años traspasó las fronteras nacionales con aquel triunfo milagroso.